viernes, septiembre 22, 2006

Extracto Acrílico

Este es un extracto de la próxima publicación de Tiempo Acrílico. Muchos me han preguntado si la columna sobre sexualidad es auténtica. Porque algunos de los problemas que allí se presentan parecen salidos de alguna novela rosa. La verdad es que solo la licenciada sabe de dónde salen éstas preguntas.
Si quieren descargar nuestros archivos PDF para leer historias anteriores, pueden visitar el sitio de descarga.

Erección Precoz.

Soy un joven de 25 años que se enfrenta con un problema muy especial. Cuando salgo con una muchacha en plan romántico, sufro de una erección precoz, hecho que casi invariablemente me arruina la noche.
Hace unos meses, mi novia de muchos años me dejó para marcharse con un guía australiano. La ruptura me dejó muy deprimido. Ella había sido mi pareja desde el secundario y estábamos comprometidos para casarnos en septiembre de éste año. El verano pasado nos fuimos de vacaciones a Australia e hicimos una expedición por el desierto. Meses más tarde recibí la sorpresa de mi vida al descubrir que ella me había sido infiel con el guía y que deseaba romper nuestro compromiso. Por mucho tiempo traté de negarme los hechos. No podía admitir que ella amara a otro hombre y estaba convencido de que lo suyo era un capricho pasajero. Que tarde o temprano volvería a mí.
Pero las semanas se convirtieron en meses y mi prometida no regresó. Poco a poco mis familiares y amigos me convencieron de que empezara a salir con otras mujeres.
Al principio fue muy difícil puesto yo no tenía experiencia. Pero luego empecé a salir con más frecuencia y ya no me sentí tan incómodo. Ninguna de las mujeres que conocí me atrajeron realmente pero por lo menos pude alejar la depresión de mi mente.
Hasta que un día mi hermana me presentó a Pamela, una amiga de la infancia había estudiado en Canadá. La primera vez que salimos todo fue a la perfección. Fuimos a ver una película y luego a cenar. Cuando la llevé de vuelta a su casa nos besamos brevemente en los labios. Soy un poco chapado a la antigua y no quería precipitar las cosas.
La segunda vez que salimos comenzó mi tormento. Cuando terminábamos de comer, era una restaurante de categoría, ella hizo un comentario irrelevante… algo que ni siguiera tenía connotaciones sexuales, pero me provocó una erección que me duró más de quince minutos. Lo trágico fue que ya había pagado la cuenta. Teníamos boletos para el teatro y si no nos apurábamos íbamos a llegar tarde. Tuve que inventar cualquier excusa para no levantarme de la silla.
Primero dije que estaba mareado, luego que tenía un poco de nauseas. El camarero me trajo agua y se ofreció a llamar a una ambulancia. Pamela estaba muy consternada y se portó muy tierna conmigo. Pero mientras más interés y más preocupación mostraba, mi tensión erótica era más difícil de contener. Finalmente vino el dueño del restaurante a informarnos que debíamos desocupar la mesa porque había gente con reservaciones que ya tenía bastante tiempo esperando. Lo que era lógico.
Por suerte para entonces mis problemas ya empezaban a perder estatura y, aunque un poco tarde, llegamos al teatro sin problemas.
Más tarde descubrí con horror que mi erección precoz se repite cada vez que me encuentro en una situación íntima con Pamela, pero en los momentos más inoportunos. Una vez me atacó cuando me presentó a su abuelita inválida. Otra vez cuando fuimos al parque. ¿Qué puedo hacer? Se me hace difícil hablar de esto con ella puesto que nunca hemos tenido contacto íntimo. Pero nuestra relación avanza y tarde o temprano vamos a tener relaciones sexuales.

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